viernes, 30 de noviembre de 2007

CONCER A MARGA DE http://margaylasletras.blog.com/

El libro electrónico
“A finales de 1971 comenzó a desarrollarse lo que hoy denominamos libro digital o electrónico. Michael Hart fue el impulsor del Proyecto Gutemberg que consisitía en la creación de una biblioteca digital totalmente gratis donde podíamos encontrar obras de autores como Shakespeare, Poe y Dante entre otros, todas ellas obras de dominio público. En 1981, se produce un importante avance ya que sale a a la venta el primer libro electrónico: Random House's Electronic Dictionary. Sin embargo fue en marzo de 2001 cuando el libro digital (también conocido como eBook) experimentó su máxima expansión gracias al novelista Stephen King quien lanzó al mercado a través de la red su novela Riding the Bullet. La obra en apenas 48 horas vendió más de medio millón de copias, al precio de dos dólares y medio la copia. El mes siguiente Putin también sacó a través de Internet sus memorias.
Desde este momento comenzaron a aparecer varias editoriales electrónicas y muchas tiendas virtuales empezaron a incorporar libros electrónicos en sus catálogos.”
Ésta es la definición de libro electrónico que nos ofrece la Wikipedia, es decir, el libro del futuro que ya podemos vivir en nuestro presente. Ofrece múltiples ventajas, tanto al escritor como al lector, comodidad, limpieza, ahorro de espacio, étc. Yo misma estoy escribiendo mi primera novela utilizando un ordenador portátil e investigando en Internet, cosas ambas que nunca pudo emplear en sus comienzos (y yo diría que hasta hace poco) una veterana autora que pertenece a mi grupo de “favoritos”. Ésta es Mary Higgins Clark.
Debo recomendar con entusiasmo todas sus novelas, pues recoge la intriga y el misterio de Agatha Christie y le añade el romanticismo y la dulzura que a esta también genial escritora, a mi humilde juicio, le faltan.
Debido a este romanticismo que señalo, y a pesar de considerarme una mujer actual, progresista e inquieta en cuanto a nuevas tecnologías se refiere, no deseo que mi libro, que tantos esfuerzos me está costando, se “limite” al ámbito electrónico. Puede que me encuentre en un error, pero sueño con tenerlo impreso en edición de lujo entre mis manos, con tocarlo, con mostrarlo a la gente que quiero y presumir un poco de él, como si acabara de parirlo.
Y es que no creo que pueda compararse el dulce abrazo al hijo que se ama, con la fría visión de su imagen en la pantalla de un ordenador.
Al menos, el primero. El sentimentalismo, en este tema, me pierde.
Marga
(http://margaylasletras.blog.com/)